En la revista de Comfama edición 467 enmarcada en el tema Soledad que transforma, el Presidente de Tax Individual y sus empresa aliadas Fabián Quintero Valencia nos expresó como ha sido su historias para enfrentar la soledad sin proponérselo en el siguiente artículo
5 historias de personas que tuvieron que enfrentar la soledad sin proponérselo, Fabián Quintero Valencia nos cuenta una de estas historias
Cada decisión empresarial y organizacional requiere de un instante de pausa, también de un espíritu crítico y constructivo para abrir la mente lejos de paradigmas y prejuicios.
Todos entablamos diálogos en soledad. En el caso de Fabián Quintero, presidente de Tax individual, unos son con Dios y otros con su voz interior. Una capilla solitaria y algunas cabalgatas ecológicas son los lugares y actividades que le permiten sostener esas conversaciones profundas. Lo hace antes de tomar decisiones importantes, puesto que algunas impactan su vida; otras, las vidas de sus colaboradores; y la mayoría, las de sus usuarios.
Para él, la soledad es una grata compañía que le ayuda a escuchar los sonidos del silencio, le permite admirar detalles ínfimos de la naturaleza que le revelan la grandeza de la creación y que lo invitan a la humildad, a la creatividad, a actuar en equipo, a ser más humano.
En épocas en las que el miedo y la incertidumbre se hacen presentes, las empresas requieren de liderazgos que promuevan la quietud, la paciencia, la calma y el análisis para responder en vez de reaccionar a las dificultades.
«Antes de la covid-19, Tax Individual estaba en los preparativos de la celebración de sus primeros 30 años de entrega a la comunidad. En toda la organización reinaba el optimismo, la alegría de compartir este hecho con la comunidad en general. Pero tuvimos que hacer, de la noche a la mañana, una transformación empresarial absoluta. Como pertenecemos a un sector vital para la sociedad, era indispensable mantener un ritmo de trabajo, aparentemente normal, pero con enormes dificultades y retos», dice.
Para Fabián cada decisión empresarial y organizacional requiere de un instante de pausa, también de un espíritu crítico y constructivo para abrir la mente lejos de paradigmas y prejuicios.
Como lo expresó alguna vez Napoleón «vísteme despacio que tengo prisa», la mejor manera de apresurarse es hacer todo con cuidado para poder avanzar con seguridad.
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